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La Sierra de Gata es sinónimo de aceite de oliva virgen extra de inmensa calidad. La variedad de aceituna en la zona es la manzanilla cacereña. Destaca entre muchas otras por su gran aroma y la cantidad de ácido oleico, lo que da lugar una oxidación más tardía.

Este delicioso zumo de aceitunas recogido en la comarca de la Sierra de Gata, de color amarillo intenso con algunas trazas de color verde. Su sabor es dulce y plano, de paladar muy agradable que hace que la cata de estos vírgenes sea un auténtico placer, con un aroma a fruta madura muy denso y un altísimo contenido de ácidos grasos oleicos saludables.

Aceituna Manzanilla Cacereña. Variedad de Manzanilla (olivo) que hace siglos inunda casi en exclusividad el Sur de Salamanca y Norte de Cáceres. Recibe otros muchos nombres, como Albareña, Negrillo, y Redondilla. Se emplea tanto para producción de aceite de oliva, como para aceituna de mesa. Se cultiva sobre todo en España, en el norte de la provincia de Cáceres, también de Ávila, Madrid y Salamanca, así como en Portugal.

El fruto es de color negro y en la maduración es de tamaño medio a grande, con forma esférica y ligeramente asimétrica. El ápice es redondeado y no suele presentar pezón. La sección transversal máxima es circular y está centrada. Destaca su elevada relación pulpa/hueso. El hueso tiene forma elíptica y ligeramente asimétrica. Superficie rugosa, con diez a once surcos fibrosos vasculares uniformemente distribuidos. La base es apuntada y el ápice redondeado y con mugrón.

La aceituna Manzanilla Cacereña, tiene un contenido en aceite bajo aunque de calidad. Muy apreciada para el consumo de mesa, es decir, aproximadamente el 80% de la producción se destina al «verdeo». Esto se debe a que la aceituna de esta variedad es muy apreciada por su gran cantidad de pulpa o carne y por su sabor.

La maduración de las aceitunas de la variedad Manzanilla Cacereña es precoz e irregular, con baja resistencia al desprendimiento por lo que se puede recolectar con facilidad de forma mecánica. Su productividad es elevada y constante en condiciones normales. Los olivos Manzanilla Cacereña se presentan en la Sierra de Gata bajo tres taxones botánicos: el olivo cultivado, el acebuche y el olivo asilvestrado.

La miel es una sustancia dulce y viscosa, por lo general de tono amarillo o dorado, que es producida por las abejas del género Apis Mellifera a partir del néctar de las flores o de las secreciones de las partes vivas de algunas plantas.

Las abejas lo recolectan y lo transforman usando enzimas propias para posteriormente almacenarla en la colmena, lugar en el que después del periodo de maduración, se obtiene la miel.

Su color varía dependiendo de la fuente floral, aunque no se conocen con exactitud los agentes responsables de darle el color al néctar de la miel sí se sabe que la miel tiene distintos parámetros físicos como el color, el ph, la actividad enzimática y el contenido de cenizas. Estas propiedades varían dependiendo de la subespecie de la abeja, el origen geográfico y la presencia de impurezas.

La miel elaborada en Sierra de Gata por incansables abejas, es una miel única y natural, debido a la gran variedad de especies florales, que habitan en estos valles. Una miel, de innumerables propiedades y de gran valor nutricional, sin aditivos, del panal a la mesa, que previene y mitiga, todo tipo de trastornos intestinales, infecciones de garganta, afecciones cardiacas y trastornos nerviosos como el insomnio o la ansiedad.

La comarca de Sierra de Gata te ofrece la miel en todas sus variantes, según la especie floral predominante (Encina, roble, romero, brezo, castaño, jara, tomillo y otras flores endémicas de la Sierra de Gata), así como la jalea real, polen y el propóleo derivado de su elaboración.

Hay muchísimas variedades de quesos, casi tantos como paladares y gustos existen. De hecho, muchos de ellos son bastante dispares, tanto a nivel nutricional como de sabor. Dentro de todas las variedades de quesos existentes, hay una concreta que suele llamar bastante la atención por su peculiar sabor, hablamos del queso de cabra.

El queso de cabra es un tipo de queso con sabor intenso y olor característico, normalmente su textura es una pasta compacta y cremosa, algo mantecosa en el paladar. El color suele ser uniforme y brillante, como el de la leche de cabra, de donde se obtiene este lácteo. El tamaño de la pieza resultante tiende a ser más pequeño que en quesos elaborados a partir de leche de oveja o de vaca.

A lo largo de la historia los pueblo que se instalaron en la Sierra de Gata han pastoreado, con su ganado caprino, los prados y montes de esta comarca; pasando a formar parte de la configuración ecológica de la sierra, siendo el ganado caprino un limpiador y abonador de estos montes. En la actualidad la cabaña caprina en Sierra de Gata ha mermado muchísimo; notándose en el propio paisaje. Son cuatro queserías las que mantienen la tradición quesera de la comarca.

La Sierra de Gata tiene un gran potencial vitícola, en la que se elaboran vinos blancos y tintos de “Pitarra”, con naturaleza propia. Vinos de “Pitarra”, que ya fueron cantados por Miguel de Cervantes en el «Licenciado Vidrieras», catados y degustados por Carlos I en Yuste y saboreados y alabados por Felipe II, durante la construcción del Escorial. Estos vinos suelen tener una graduación entre 12º y 15º. Vinos blancos afrutados y agradables en el paladar, para los lugareños y los tintos y rosados son caldos jóvenes (del año) y frescos de cata sencilla. Los primeros vinos, generalmente, se suelen consumir de mediados de enero en adelante y hay mucha tradición de producción de vino para autoconsumo sin salir estos vinos del ámbito familiar.

La persona bodeguera ha visto una oportunidad en vender su propio vino de pitarra que hasta el momento tenía para autoconsumo dado que es una oportunidad para generar economía local, atraer el turismo y mantener el viñedo y un sistema tradicional de hacer vino qué de no ponerse en valor se perderá.